CORINA IGLESIAS
LOS COLORES DEL FUEGO

CIELO DE PECAS

Dos abuelas tejen. Sus lanas de colores envuelven la casa. Las casas son olores, voces y nunca silencio. El silencio es la oscuridad, la nada, el agujero negro como un vientre de ballena o de dragón. Enredadas en los ovillos y los bucles de esas lanas, dos niñas juegan. A una de ellas, los golpes de la vida, la cambian. Al cambiar nosotros, cambia la percepción que tenemos del mundo. Vemos todo desde otro lugar. Hay mundos paralelos. La gente que vive en ellos existe, sí: en la memoria de las casas, de los libros, de las cosas que nos hablan y nos duelen o nos hacen reír. O las dos al mismo tiempo. Este poético libro de Corina Iglesias merece ser leído con absoluta atención pues, detrás de una mirada infantil, existe toda una manera de ver el mundo, antropológicamente hablando. Fernando Garriga

LOS COLORES DEL FUEGO

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CORINA IGLESIAS
LOS COLORES DEL FUEGO

CIELO DE PECAS

Dos abuelas tejen. Sus lanas de colores envuelven la casa. Las casas son olores, voces y nunca silencio. El silencio es la oscuridad, la nada, el agujero negro como un vientre de ballena o de dragón. Enredadas en los ovillos y los bucles de esas lanas, dos niñas juegan. A una de ellas, los golpes de la vida, la cambian. Al cambiar nosotros, cambia la percepción que tenemos del mundo. Vemos todo desde otro lugar. Hay mundos paralelos. La gente que vive en ellos existe, sí: en la memoria de las casas, de los libros, de las cosas que nos hablan y nos duelen o nos hacen reír. O las dos al mismo tiempo. Este poético libro de Corina Iglesias merece ser leído con absoluta atención pues, detrás de una mirada infantil, existe toda una manera de ver el mundo, antropológicamente hablando. Fernando Garriga